La Catedral de Sevilla
La Catedral de Sevilla posee uno de los más ricos tesoros artísticos conservados. Es considerada como una de las mejores pinacotecas de España. Gran parte de las pinturas son obras de primerísima calidad y su inventario actualizado comprende ochocientos treinta y tres registros.
Este tesoro se ha formado a través de los siglos como consecuencia del deseo del propio Cabildo de enriquecer su catedral y por el afán de muchos de sus canónigos que encargaban pinturas para adornar retablos y capillas. Igualmente, las principales familias sevillanas que escogieron la catedral como sede para sus enterramientos, adornaron sus capillas con composiciones pictóricas, además de aquellos que en sus testamentos, dejaban parte de sus colecciones para ser colocadas en sus dependencias. De esta forma, desde el siglo XV hasta el siglo XIX, la historia de la pintura aparece profusamente representada en la catedral sevillana.

A continuación, hemos hecho una pequeña selección de esa gran cantidad de joyas de arte con las que cuenta la Catedral de Sevilla, para analizarlas junto con sus autores. ¡Esperamos que la disfrutes!
La Adoración de los Reyes, Alejo Fernández
El artista
Alejo Fernández fue un pintor del Renacimiento español, reconocido y destacado miembro de la escuela sevillana de pintura. Con formación flamenca, trabajó entre Córdoba y Sevilla. Nació en el año 1475 y su origen es cuestionable aunque se le atribuye origen alemán en el libro de Cuentas de la Catedral de Sevilla.
Formado en el estilo hispano-flamenco, lo modifica gracias a su conocimiento de la pintura renacentista italiana, especialmente de las escuelas del norte, como Lombardía y Umbria. A ello añade el estudio de estampas que circulaban por España, sobre todo alemanas, como las de Martin Schongauer.
Su estilo marca toda una época de la pintura sevillana de transición al pleno Renacimiento, aunque por su tardía cronología los últimos años de su carrera coinciden con influencias del Manierismo,y en especial del rafaelismo italiano en la pintura española, que dará paso en Sevilla al traído por Pedro Campaña. La personalidad del maestro se confunde a veces con sus colaboradores e imitadores.

Su obra
En La Adoración de los Reyes vemos claras influencias renacentistas en el tratado de la temática, el uso de arquitectura para dar profundidad, en esta tabla ésta se agiliza en favor de los fondos paisajísticos y dota de escenario al momento representado, de manera anacrónica.
La composición, de evidente gusto flamenquizante, resulta también un tanto ecléctica. La Virgen con el Niño tiene un aire marcadamente a lo Dirck Bouts, mientras que el resto apunta más al Maestro de 1518 (probablemente Jan van Doornicke) o al propio Isembrandt.
Por otra parte, las ruinas arquitectónicas se abren a amplios paisajes de acartonadas montañas muy a la estética de Umbría, por donde descienden unos divertidísimos camellos, con cuello entre cisne y jirafa, que hacen notar la falta de objetividad de estos artistas de principios del siglo XVI.
Esta obra se encuentra en la Sacristía de los Cálices y data de entre 1508 y 1512.
Aún más…
Si deseas conocer más sobre Alejo Fernández, no dejes de visitar el Real Alcázar. Allí encontrarás su obra más popular: La Virgen de los Navegantes (1531-1536). Pintada para el retablo de la Capilla de la Casa de Contratación de Sevilla.
1. El Descendimiento de Cristo, Pedro Campaña
El artista
Pedro de Campaña (1503 – 1580) fue un pintor flamenco del Renacimiento español, que trabajó en Sevilla. Su nombre era Pieter Kempeneer, castellanizado con motivo de su estancia hispánica.
Nacido en Bruselas en 1503, pertenecía a una familia de artistas y de humanistas. Después de iniciar estudios en su país viajó a Italia: Bolonia, Venecia y Roma, donde estuvo en contacto con importantes pintores del manierismo romano. Además, trabajó y se asentó en Sevilla para después viajar a su patria para trabajar en la fábrica de tapices de Bruselas hasta su muerte.
Campaña, importante representante del manierismo europeo, poseyó una gran fuerza imaginativa y especiales dotes para componer sus cuadros (son dignos de ser recordados sus paisajes y fondos arquitectónicos). Su actividad en Sevilla supuso para los pintores de esta localidad una completa renovación. Pacheco le consideró el patriarca de la escuela sevillana del s. XVI.

Su obra
En esta obra, las figuras se insertan en una estructura piramidal. La zona baja está presidida por la Virgen María, con las manos entrelazadas y dirigiendo sus expresivos ojos al cuerpo inerte de su Hijo. A su lado encontramos a María Magdalena con el tarro de los afeites, mientras que tras ella se sitúan las santas mujeres, una consolando a María y la otra dirigiendo su mirada hacia el Salvador. La solemne figura de Cristo preside la composición, en el momento de ser bajada de la Cruz por los santos varones que, subidos en escaleras, proceden a descender el cuerpo muerto. Un ensimismado San Juan sostiene los pies de Jesús.
La escena tiene lugar en un ambiente paisajístico, iluminado en la lejanía pero inundado con contrastes de luz y sombra en la zona del primer plano, allí donde se desarrolla la acción. La movilidad de las figuras y las expresiones de los rostros caracterizan el conjunto, creando Campaña una escena cargada de monumentalidad y dramatismo.
Aún más…
Encontrarás obras de Pedro de Campaña en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, en la Iglesia de San Isidoro en Sevilla, en la Catedral de Córdoba, en la Iglesia de San Bartolomé de Carmona, …
2. La Magdalena como melancolía, Artemisia Gentileschi
La artista
Artemisia Lomi Gentileschi fue una pintora barroca italiana, representante del caravaggismo. Su formación artística comenzó en el taller de su padre, el pintor toscano Orazio Gentileschi,, uno de los grandes exponentes de la escuela romana de Caravaggio. En sus cuadros desarrolló temas históricos y religiosos. Fueron célebres sus pinturas de personajes femeninos como Lucrecia, Betsabé, Judith o Cleopatra, en los que se han leído rasgos feministas.
Fue la primera mujer en hacerse miembro de la Accademia di Arte del Disegno de Florencia y tuvo una clientela internacional. Trabajó bajo los auspicios de Cosme II de Médici. Trabajó tanto en Roma, Florencia, Londres bajo el patrocinio de Carlos I de Inglaterra.

Su obra
Artemisia Gentileschi, fue violada a los 18 años por su maestro y amigo de su padre, fue por ello cuestionada, humillada, menospreciada… Es lógico que la pintora barroca viera en María Magdalena un modelo a seguir. Una de las más importantes discípulas de Jesucristo, que hasta fue símbolo de mujer pecadora.
La figura de María Magdalena no interesó nunca a una institución patriarcal como la Iglesia, pero Artemisia la representó en varios de sus lienzos como mujer fuerte, mano derecha de Jesús, o empoderada o mirándonos melancólica después de sufrir todo tipo de vejaciones como aparece en esta pintura.
Aún más…
Podrás encontrar más obras de Artemisia Gentileschi en la Galleria degli Uffizi, en el Museo Soumaya de Ciudad de México o el Museo de Bellas Artes de Virginia.
3. Piedad de San Vicente, San Miguel y un donante, de Juan Núñez
El artista
Juan Núñez fue un pintor de estilo hispano flamenco activo en Sevilla a finales del siglo XV y comienzos del XVI. Discípulo o seguidor de Juan Sánchez de Castro, iniciador del estilo hispano flamenco en Andalucía.
Juan Núñez es un gran desconocido de la época. Consta que en 1480 firmó un documento en defensa del gremio de los pintores sevillanos y que en 1501 hizo algunos trabajos de pintura y dorado para la hermandad de San Eloy.

Su obra
De Juan Núñez únicamente se conoce firmada esta tabla conservada en la Sacristía de los Cálices de la Catedral de Sevilla. Obra de fuerte carácter flamenco en los tipos humanos. Ceán Bermúdez, crítico ilustrado de arte español, se refería a ella en términos muy elogiosos por su brillante color y el detalle en el dibujo de la dalmática de san Vicente.
Se dice que llegó a haber también en la Catedral de Sevilla otro retablo firmado por Núñez. Constaba, según la descripción de Ceán, de tres tablas, con san Juan Bautista en la tabla central y en las laterales san Miguel y san Rafael, «cuyas alas eran como las del pavo real», y llevaba también la firma de Nufro Sánchez, entallador del coro de la misma catedral, fechado en 1475.
4. La Trinidad, de Luis Tristán
El artista
Luis Tristán de Escamilla, también conocido como Luis de Escamilla o Luis Rodríguez Tristán (Toledo, h. 1585-ibídem, 1624), fue un pintor español del manierismo, perteneciente al Siglo de Oro. Considerado el mejor discípulo del Greco, aunque evolucionó hacia un naturalismo tenebrista totalmente opuesto a aquel.
Luis Tristán trabajó toda su vida en Toledo. No estilizó tanto las figuras como el Greco e intentó matizar un manierismo ya pasado de moda con el enfoque naturalista en los pormenores y el tratamiento de la materia, enfoque que provenía del caravaggismo italiano y los ecos de la Contrarreforma.

Su obra
En esta obra, como en casi toda su producción, vemos como la fuerte impronta del Greco permanecerá siempre en su pintura, sobre todo en el alargamiento y la inestabilidad de sus figuras. Sin embargo, su conocimiento directo de la experiencia caravaggista en Roma, precisamente en unos años en los que ésta se encuentra en pleno auge, lo vinculan también hacia un naturalismo patente en algunas de sus obras.
Aún más…
Si visitas París, podrás encontrar obras de nuestro toledano en el Museo del Louvre, así como en el Museo del Prado de Madrid o en el Museo de Santa Cruz de Toledo.
Visita la Catedral de Sevilla
Para disfrutar plenamente de esta experiencia, te recomendamos encarecidamente la visita guiada a la Catedral de Sevilla de mano de un guía oficial experto en arte.
Sin duda, ¡uno de los mejores planes en la capital hispalense!
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