Visitar una de las catedrales más grandes del mundo es toda una experiencia llena de emoción y majestuosidad, sus belleza sobria y atmósfera mística fascina a miles de turistas, sus imponentes bóvedas góticas, el hechizo del Patio de los Naranjos, junto con una excelsa iconografía que comprende pinturas, esculturas, vidrieras y delicada orfebrería le hacen más que merecido el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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