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Un paseo por el Alcázar de Sevilla

Un paseo por el Alcázar de Sevilla

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El Real Alcázar de Sevilla

Uno de los lugares más mágicos y sorprendentes de Andalucía es el Real Alcázar de Sevilla. Destaca en el casco histórico de la ciudad andaluza, frente a la Catedral de Santa María de la Sede, la torre de la Giralda y el Archivo General de Indias.

Cientos de años, incluso ya unos mil años, conforman su laberíntica historia que habla del devenir de una vida de millones de personas. La ciudad permanece, las personas vienen y van, ¡el Real Alcázar se mantiene vigente desde hace tantísimo tiempo que es increíble tan sólo pensar en ello!

 

 

Descubrir el palacio del Alcázar de Sevilla

Existe en nuestra ciudad un oasis de paz donde retroceder en el tiempo: una de las grandes joyas del Patrimonio de la Humanidad y el segundo monumento más visitado de la región de Andalucía. En sus palacios y jardines describe más de mil años de una historia inigualable. Lugar donde perderse ya es sí mismo una experiencia única.

 

Un paseo con amigos por el Alcázar de Sevilla

Hace poco, tuve la suerte de que unos amigos de Holanda nos visitasen en Sevilla. Ellos vienen cada año. Nos hicimos muy amigos durante los años que viví allí, concretamente en Zwolle, al noreste del país. Una pequeña ciudad que reboza vida.

Estos amigos habían estado ya un par de veces en Sevilla, pero esta vez tocaba descubrirla de verdad, sus historias, sus lugares, sus forma de vida.

El primer lugar que a ellos les vino a la mente era la visita al Real Alcázar. A pesar de haber estado unas cuantas de veces en Sevilla, no lo conocían y, lógicamente, ¡esta vez no podían irse sin hacerlo!

Decidimos pasar por allí. El tiempo era excelente. No había demasiados turistas y adquirimos las entradas en poco tiempo.

 

Todo lo que vimos en el Alcázar de Sevilla

Puerta y Patio del León

Una vez pudimos atravesar la Puerta del León, la magia ya empezó a actuar… Nos adentramos en un mundo pasado, pero presente, porque está vivo, mientras los muros del Alcázar estén en pie, la Historia estará viva. 🙂

Seguimos el itinerario marcado (desde el covid ya los turistas deben seguir unas indicaciones para no cruzarnos unos con otros). Allí comenzamos a hablar de la importancia de Sevilla durante siglos y, cómo no, de qué era el Alcázar, que fue a lo largo de los siglos y de cómo cada monarca reinante iba adaptándolo a sus necesidades, pues, ¡es que era su casa!

 

 

Palacio de la Justicia y Patio del Yeso

La primera parada fue el Palacio de la Justicia con su precioso Patio del Yeso. Un buen aperitivo para lo que nos esperaría más adelante… Tan mágico, tan puro… La idea de que esos restos del Patio sean lo más antiguo que, a día de hoy, es visible y visitable en el Real Alcázar, ¡ya hace erizar la piel!

 

 

 

Patio de la Montería

Volvemos en dirección al Patio de la Montería, que hace de eje central entre varios espectaculares edificios de diferentes épocas y que visitaremos poco a poco. Aquí, la foto es un must, ¡totalmente obligatoria!

 

La Casa de la Contratación

Ahora, toca entrar en la Casa de la Contratación. A mis amigos les llama la atención la colección de abanicos antiguos que adornan las vitrinas de la primera estancia. Pasamos a la Sala del Almirante, donde destaca la gigantesca pintura de las Postrimerías del Rey Fernando III El Santo. Su nombre es curioso y les explico a mis amigos que se trata de las cuatro últimas etapas por las que ha de pasar el ser humano: muerte, juicio, infierno o gloria. En caso del Rey Santo, sería precisamente la gloria.. ¡o eso esperamos!

De ahí, dentro de la misma Casa de la Contratación, creada por los Reyes Católicos para controlar el comercio con el Nuevo Mundo, entramos en la Sala de las Audiencias. Aquí ellos se reunían con los navegantes y marineros. ¡Nos encanta su techo dorado y la pintura gótica de la Virgen de los Mareantes!

 

 

El Palacio Mudéjar

Volvemos al Patio de la Montería y… ¡atención! uno de los mejores photocall del mundo: la fachada del Palacio Mudéjar. Sus azulejos, sus yeserías, sus arcos, … ¡hacen que la foto sea perfecta! Aquí sacamos algo de tiempo para posar y posar, una, otra,… hasta que dimos con una genial foto con colores espectaculares.

 

 

¡Aquí empieza la acción! Toca elegir entre sus laberínticos pasadizos que nos llevarán a un lado o a otro. Volvemos a la realidad porque hay que seguir el itinerario marcado. “¡Vamos todos a la izquierda, por favor!”-nos despierta de nuestro idílico sueño de aventuras la voz del guarda de seguridad embotellada dentro de su mascarilla. Eso sí, está todo muy bien organizado…

 

 

¡Se hace la luz! Tras pasar por ese pasadizo de suelo de piedra de Tarifa enmarcado en azulejería, llegamos al maravilloso, magnífico y espectacular ¡Patio de las Doncellas! Aquí yo me pierdo… Déjenme aquí y soy feliz. ¡No saldría en la vida!

Como guía de turismo, he ido una y mil veces a este lugar pero siempre me sorprende y me “engatusa”, como decimos en Andalucía. Engatusar es enamorar, enganchar con lo que ves…. Pues eso, que me pierde. Si lo conoces, estoy segura de que sabrás por qué… Si no lo conoces, te animo a hacerlo, la visita al Real Alcázar, ya vale sólo la pena por ver este patio. No lo dudes 😉

 

 

Si ya era bastante fascinante el Patio de las Doncellas con las estancias aledañas, cuando mis amigos entraron en el Salón de los Embajadores se quedaron más que embobados mirando la cúpula de media naranja y toda la decoración que inunda sus paredes. Era el lugar privilegiado del palacio…

 

Los Jardines del Real Alcázar

Nos toca abandonar esta belleza de lugar para salir a tomar un poco el sol… ¡Vámonos al patio!

Los Jardines del Alcázar te invitan a disfrutar de lo grande, a descansar, a pasar un día entero ahí. ¡Que lo cierren que yo me quedo!

Nos dejamos llevar por las esencias de las flores, nos dejamos perder por el frescor de sus caminos…

Unos amiguitos muy curiosos se acercan a nosotros: los pavos reales. Mis amigos no se lo terminaban de creer… “¡En un lugar Patrimonio de la Humanidad, un jardín como éste y lleno de pavos reales y otras aves, justo en el centro de una ciudad!”

 

 

 

Así, con esta cara de felicidad, nos despedimos del Real Alcázar. Seguimos nuestra ruta por Sevilla (pronto os enseñaré más).

 

Y, lo dicho, la mejor manera de descubrirlo como se merece es con un guía oficial de turismo. Que no te engañen, elige bien quien te guía y te invita a conocer cada rincón para que forme parte de ti. Busca guías oficiales acreditados, grupos reducidos (en los free tours se pierden muchas cosas interesantes) y, nada más, ¡disfruta del Real Alcázar de Sevilla en una visita guiada!.

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