Si eres de aquellos enamorados de Sevilla que ya conoce los lugares turísticos más típicos y quieres salir del itinerario tradicional de todos los visitantes, te propongo un plan estupendo para pasar una mañana.
En la cercana población sevillana de Santiponce se encuentra una joya oculta: el Monasterio de San Isidoro del Campo. Su visita guiada merece bastante la pena.
El Monasterio de San Isidoro del Campo es uno de los principales monumentos del gótico-mudéjar de la provincia de Sevilla. Este estilo se desarrolla en territorio sevillano y gaditano en las últimas décadas del siglo XIII y se extiende durante toda la Baja Edad Media.
Comenzaremos nuestra visita guiada al Monasterio de San Isidoro del Campo hablando de la ciudad donde fue fundado.
Pintura mural del Claustro.
Santiponce y sus tesoros
Este grandioso cenobio se encuentra en Santiponce.Esta localidad situada a unos pocos kilómetros de la capital hispalense, que es esencialmente conocida por las ruinas, no menos grandiosas, de la ciudad romana de Itálica.
Plaza de acceso al Monasterio.
El Monasterio y su fundación
San Isidoro del Campo fue fundado el año 1298 por el celebérrimo don Alonso Pérez de Guzmán, conocido históricamente como “Guzmán el Bueno”. Como es de todos conocido. Guzmán el Bueno prefirió la muerte de su hijo apresado antes que rendir la plaza de Tarifa, cuya defensa le había encomendado el monarca Sancho IV.
El lugar elegido para esta fundación no es casual sino que se edificó sobre el lugar donde existía una iglesia visigoda donde se pensaba que había sido enterrado el gran santo de la cristiandad hispanogoda San Isidoro de Sevilla.
Hay que recordar que el cuerpo de San Isidoro fue entregado por el rey de la taifa sevillana Almotahdi a Fernando I, rey leonés, en el siglo XI (año de 1063) para ser sepultado en la colegiata de San Isidoro de León (esta iglesia estaba dedicada a San Juan Bautista y precisamente cambió de advocación al recibir estas reliquias)
Esta fundación se llevó a cabo para que en su iglesia fueran enterrados el propio Alonso Pérez de Guzmán y su esposa doña María Alonso Coronel. Como curiosidad, quedaron excluidos no sólo otros extraños a la familia sino también los propios descendientes.
Retablo de la antigua iglesia parroquial.
Las comunidades que lo habitaron
Desde su fundación, ha estado bajo la administración espiritual y temporal de diferentes órdenes religiosas, cistercienses, ermitaños jerónimos y Orden de San Jerónimo. Todas ellas han dejado su impronta tanto en la construcción como en la decoración del recinto.
La primera comunidad de monjes que ocupó y regentó San Isidoro del Campo fueron cistercienses. Aunque más tarde, en el año 1432 y por disposición del duque de Niebla, se entregó el monasterio a los jerónimos ermitaños.
Detalle pintura mural San Lorenzo, Patio de los Evangelistas.
Construcción del Monasterio
El Monasterio de San Isidoro del Campo se construye en las primeras décadas del siglo XIV siguiendo las pautas del gótico mudéjar sevillano derivado de la arquitectura alfonsí, donde se combinan las formas del gótico primitivo con algunos elementos de ascendencia almohade.
Detalle pintura mural.
Las iglesias gemelas
En este primer momento se erige una iglesia de una sola nave. La cabecera original, siguiendo las pautas de este tipo de arquitectura es poligonal, con ventanales agudos rasgados dentro de profundas arcuaciones ojivales ciegas y todos los aleros rematados por corona de almenas.
En este sentido y aunque pueda sorprender un poco, parece ser que era muy frecuente la existencia de remates almenados en las iglesias medievales (románicas, góticas y mudéjares). Como indica el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, D. Isidro Bango Torviso, las iglesias eran también, debido a su buena fábrica, elementos defensivos en tiempos difíciles y solían ser fortificadas con almenas. Otra cosa es que a partir del renacimiento se eliminasen de forma masiva. Dos ejemplos notorios de iglesias almenadas fuera de Andalucía las tenemos en la catedral de Sigüenza y Portomarín. Citamos esto porque es una de las características más definidas de la arquitectura de reconquista cristiana en Andalucía.
Pocos años después y dentro del mismo estilo, se erige una nueva iglesia similar adosada a la primera por mandato del hijo de Guzmán el Bueno, don Juan Alonso. Él quería ser enterrado en ella y respetar la voluntad de su padre de que nadie fuera enterrado en la primera.
Ambas iglesias, además de ser similares tienen la característica de que fueron comunicadas mediante un gran arco horadado en el muro lateral de unión. Es por ello que se les llama las iglesias gemelas.
Iglesia monacal.
Dependencias del Monasterio
De su etapa medieval, además de las iglesias el Monasterio de San Isidoro del Campo conserva el refectorio, la sacristía, el claustro (llamado de Los Muertos) y la sala capitular. Las nuevas órdenes que regentan el cenobio aportan nuevas estructuras y lo enriquecen artística y arquitectónicamente. De estas nuevas dependencias destaca el Claustro de los Evangelistas (especialmente sus pinturas mudéjares y renacentistas).
Pintura mural.
Obras artísticas del Monasterio
En las dos iglesias y otras partes del monasterio hay obras de imaginería y sepulturas medievales interesantes pero lo más valioso artísticamente es el Retablo Mayor que fue esculpido por Juan Martínez Montañés en 1613 para la primera iglesia.
Refectorio.
Posteriores reformas
En 1432 los ermitaños jerónimos de Fray Lope de Olmedo sustituyeron a los cistercienses y llevaron a cabo una profunda reforma en el Monasterio que se reflejó en el concepto de vida monacal y sustancialmente en la decoración.
A mediados del siglo XVI surge un foco religioso de carácter reformista en Sevilla, en el que participaron los frailes de este Monasterio. Esto llevó al encarcelamiento de varios monjes y a la huída de otros fuera de España, entre ellos Casiodoro de Reina, autor de la primera traducción de la Biblia a la lengua castellana, conocida como Biblia del Oso. Tras estos episodios Felipe II ordenó la fusión de la congregación con la Orden jerónima.
Claustro.
Qué veremos en el Monasterio de San Isidoro
En este singular monasterio fortaleza, con doble iglesia, se yuxtaponen el estilo gótico con claras influencias del Languedoc y el mudéjar, en el que es visible la tradición almohade.
Frente a la austeridad cisterciense, el monasterio jerónimo se decora con pinturas murales que conforman posiblemente uno de los conjuntos más notables de toda España.
Retablo del Entierro de Cristo en la Sacristía.
El Monasterio fue ampliándose y enriqueciéndose con los siglos. Llegó a contar con una torre, una espadaña, cinco claustros y, junto a las dependencias monacales, la procuraduría, la hospedería y las instalaciones agropecuarias propias de estas instituciones que pretendían ser autosuficientes. En torno al Claustro de los Muertos se articulan las dependencias del núcleo medieval: iglesias, refectorio, sacristía, sala capitular, etc.
Durante el Barroco, este núcleo medieval se transforma con retablos (destacan los dos expuestos al público de Martínez Montañés como hemos comentado anteriormente), sillería, nuevas pinturas murales y bóvedas de yeso.
Virgen con el Niño atribuida a Mercadante de Bretaña.
El poder de las órdenes religiosas
Sus propiedades eran muy numerosas e incluían la población de Santiponce, ubicada originariamente a orillas del Guadalquivir hasta que fue destruida por una riada en 1603. Este hecho provocó el traslado de la población a las ruinas de Itálica, lo que dio lugar al actual asentamiento.
Galería del Claustro.
Consejos para visitar el Monasterio de San Isidoro del Campo
Te aconsejamos reservar tu visita guiada al Monasterio de San Isidoro del Campo con un guía oficial de Turismo de Sevilla, pues en su interior no se realizan visitas guiadas de grupo. De esta manera, no te perderás ni un detalle de este magnífico lugar que cuenta con mil detalles.
La duración de la visita guiada suele ser de una hora.
Visita guiada al Monasterio San Isidoro del Campo.
Otra cuestión sería aprovechar una mañana o tarde completa en la localidad de Santiponce. Recomiendo que, con anterioridad, realizar la visita guiada a Itálica, antigua ciudad romana, que se encuentra a poco tiempo a pie del Monasterio o bien hacer ese recorrido en vehículo. Para finalizar la mañana, realizar la visita guiada al Monasterio y terminar con un refresco y unas tapas en alguno de los bares más típicos de esta bella localidad sevillana.
Visita guiada a la ciudad romana de Itálica, Santiponce.
¡Todo un planazo para quienes ya conozcan todos los rincones de Sevilla y quieran conocer un poco más la amplia historia de su provincia!
Claustro.
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