Osuna está de moda
Bienvenidos a nuestro blog donde ofrecemos a nuestros amigos viajeros “culturetas” la mejor información sobre la visita a Osuna y poder gozar de la “Petra” de Andalucía como se merece.
Últimamente, muchos medios de comunicación, bloggers y escritores sobre viajes y Patrimonio se hacen eco de la belleza de la ciudad e Osuna, considerándola a veces como la “Petra de Andalucía”.
Desde aquí te ofrecemos la posibilidad de acercarte a una milenaria ciudad de la Sierra Sur sevillana, de un bellísimo patrimonio histórico, artístico y cultural, que extiende su belleza a la riqueza de sus paisajes naturales que también alberga en los entornos de su término municipal.
Con estas señas de identidad y siendo corazón de Andalucía, por su centralidad estratégica, Osuna es hoy destino idóneo de numerosos viajeros que apuestan por la riqueza que ofrece el turismo de interior.
Claro ejemplo del Renacimiento español, un paseo por las calles de Osuna es un recorrido por su historia, la que te permitirá disfrutar de su belleza monumental y de la arquitectura de uno de los pueblos que ha apostado siempre por la conservación de lo que lleva intrínseco: ser un pueblo andaluz.
Situación
Osuna se encuentra localizada al sureste de la provincia de Sevilla. Al Norte nos encontramos con Écija, al Este, con Estepa, al Oeste, con Morón, Marchena y la Puebla de Cazalla; y al Sur, con El Saucejo, Los Corrales y Martín de la Jara.
Ocupa un lugar estratégico dentro de Andalucía, ya que se asienta en el corazón de la región .
El término municipal de Osuna tiene una extensión de 593 Km2 siendo, por tanto, el cuarto dentro de la provincia de Sevilla.
En nuestra localidad entran en contacto dos comarcas con grandes diferencias. Por una parte, la Campiña Sevillana, de superficie casi llana, con suelos arcillosos y calizos, sus tierras se dedican al cultivo de secano. Por otra parte, la Sierra Sur, con terrenos calíferos y yesíferos, donde predomina el olivar y el monte bajo, con orografía montañosa, superándose en ocasiones los 500 metros de altitud.
En cuanto al clima, Osuna se caracteriza por unos inviernos templados y cortos otoños y primaveras, con una temperatura media anual de 18º centígrados aproximadamente, siendo la media de la máxima de 42,3ºC y la de la mínima de 3,6ºC y con unas precipitaciones que oscilan entre 550 y 600 l/m2 .
Osuna y su historia
La prehistoria
Los historiadores y geógrafos clásicos ya daban la historia de nuestra localidad. Estrabón, Plinio o Ptolomeo hablan de la Urso romanizada. Con anterioridad, Apiano y Diodoro narran la presencia de tropas procedentes de Italia, que se instalan en este lugar turdetano para combatir a los cartagineses o a Viriato.
Sin embargo, los asentamientos humanos en Osuna se rastrean muchos siglos antes. Existen vestigios de culturas prehistóricas más allá del 1000 a.C. Los más conocidos fueron descubiertos por Engel y Paris en 1903. El Toro y la serie de los Relieves de Osuna hablan de una antigua civilización ibérica, que dio lugar a una extraordinaria cultura donde convivieron las mejores tradiciones mediterráneas procedentes de Oriente y Grecia.
Colonia Genitiva Iulia
La intervención de Roma va a suponer un cambio rotundo en todos los ámbitos. Tras la batalla de Munda, Urso pasa a ser el último reducto pompeyano contra las tropas de César en la Guerra Civil que enfrentó a los dos bandos que pretendían hacerse con el poder de la República. Tomada tras un asedio, es nombrada como Colonia Genetiva Iulia por César, recibiendo su propia ley colonial, cuyos restos, los Bronces de Osuna, son documentos jurídicos muy notorios de aquel periodo.
La ciudad, incluida en el convento Astigitano, se transforma en uno de los centros de mayor desarrollo de la Bética. Los restos del foro, el teatro o la necrópolis hipogea de las Cuevas atestiguan su antiguo esplendor.
Lamentablemente, se ha conservado poco de los siglos de dominación visigoda. La crisis del Bajo Imperio llevó a que los bárbaros dividieran en pequeños reinos el enorme territorio antes controlado por los romanos.
La dominación musulmana en Osuna
Todo cambiará bruscamente con la llegada de los musulmanes a comienzos del siglo VIII. Los nuevos señores no alteraron inicialmente la organización administrativa y territorial de Osuna vigente desde tiempos de Constantino. Será con el Califato, tras la revuelta de ben Hafsun, a comienzos del siglo X, cuando Ûsuna obtenga el rango de cora, dejando la dependencia anterior con Écija. Es el momento de mayor importancia del lugar. Con su fortificación pasa a tener aspecto de ciudad. Con todo, los escasos restos que se conservan del periodo islámico son de la etapa final, época almohade. Se trata de la Torre del Agua y los Paredones de la antigua alcazaba.
La reconquista en Osuna
El desarrollo del paisaje urbano que tuvo lugar posteriormente, puede ayudar a explicar la falta de los restos de aquel periodo. En 1240, Fernando III conquista pacíficamente la localidad. Al principio, este cambio de señor no supuso alteraciones ni problemas. Será después de la revuelta de mudéjares en 1264 cuando se produzcan transformaciones importantes. Se expulsa a los musulmanes y Osuna queda en manos de la Orden de Calatrava, quien se encargará la defensa de un sector de la marca fronteriza que se ha denominado la “Banda morisca”.
Los siglos de Oro de Osuna.
Tras doscientos años en los que Osuna se encuentra con muchas dificultades, en 1464 se produce otro evento importante. Pedro Girón se rige como señor de Osuna creando un estado señorial que consigue consolidar para su hijo, Alfonso Téllez Girón, I conde de Ureña.
Osuna ligará su destino a esta familia y su peculiar retrato será producto de las actuaciones de este familia aristocrática. Los Girones tienen como objetivo crear una serie de construcciones que hablan de la importancia simbólica de la villa ducal, que refleje la imagen deseada por ellos. Remodelan, como si de un palacio se tratase, la antigua alcazaba almohade a comienzos del XVI. La parroquia medieval de Santa María viene a ser reemplazada por la magnífica fábrica renacentista de la Colegiata de la Asunción, obra que se completa con el conjunto de la capilla del Sepulcro.
Para culminar sus proyectos artísticos, los condes de Ureña –Juan, Pedro y Juan- contratan a los mejores artistas que ya trabajan en la Sevilla del momento. Algunos de ellos fueron: Diego de Riaño, Martín Gaínza, Hernando de Esturmio, Roque Balduque, Luis de Morales, Arnao de Vergara, Juan de Zamora, etc. Catalina Enríquez de Ribera finaliza la decoración en el siglo XVII con cinco magníficas obras de José de Ribera y la talla del Cristo de la Misericordia, de Juan de Mesa.
El conjunto monumental se va a definir con el edificio de la Universidad y el hospital de la Encarnación, fundados por el IV conde de Ureña.
De forma paralela a este proceso, la ciudad en la primera mitad del siglo XVI se extiende extramuros. Además, se van a construir los principales edificios religiosos: San Francisco, Santo domingo, San Agustín, La Victoria, El Carmen, Consolación, la Concepción, Santa Clara, San Pedro, el Espíritu Santo y Santa Catalina. Finalmente, en el XVII, se completa con el convento de jesuitas – San Carlos el Real-, la Merced, las Descalzas y la ermita del patrón, San Arcadio.
El Barroco en Osuna.
En el siglo XVII y sobre todo en el XVIII, llegan importantes nobles a la ciudad de Osuna. Ellos se encargarán de darle ese aire barroco que se respira en las calles, especialmente en las de San Pedro, Sevilla y la Huerta. Aunque ya había algunos palacios y casas solariegas de época renacentista, serán las grandes mansiones del dieciocho las que destaquen en la arquitectura civil ursaonense. Los Cepeda, Torres, Govantes, Rosso, Tamayo, serán algunas de estas familias. El palacio del marqués de la Gomera es sin duda el ejemplo más notable. Su portada articulada en dos cuerpos de columnas se remata con el escudo nobiliario. El perfil de su cornisa queda roto en la esquina con la torre del mirador que flanquea la fachada de espectacular teatralidad.
La arquitectura civil también destaca por la decoración barroca. Las dos mejores muestras son la Cilla del Cabildo de la Catedral de Sevilla y el convento de la Merced. Sus arquitectos serán los Ruiz Florindo, en el último cuarto del XVIII.
La Osuna de hoy
Los años 60 del siglo XX no supusieron un gran desarrollo industrial en Osuna. La emigración sustituyó a la fiebre del montaje de fábricas y el casco urbano, con cierta despoblación, no se vio alterado en exceso. Aún se dependía de la agricultura y esto hizo que, si bien impuso condiciones más duras de vida, al menos el patrimonio artístico se conservara intacto.
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